El 19 de abril de 1999 fue lanzado el álbum Bury the hatchet, uno de los más notables trabajos discográficos de la banda irlandesa The Cranberries; la carátula del mismo me daría palabras suficientes para la construcción de un vasto texto y no sólo en un área: la música, lo no real, acerca de pensamientos puramente introspectivos, todo un debate filosófico de lo que llega a transpirar por medio de su composición, y lo mejor sería que aún cuando hablo desde distintos enfoques estaría hablando sobre el mismo tema, así, comenzaré por una breve descripción de lo representativo en cada una de las imágenes, luego haré una transición de la imagen al nombre del álbum y por consiguiente al contenido musical del grupo, y consideraría inconcluso todo análisis sí no llegara a mencionar al creador: Storm Thorgerson.
Es muy difícil para mi separar los elementos compositivos de la imagen, en algún momento aunque sólo estén diferenciados dos planos principales, se mezclan de tal forma que ambos son totalmente dependientes el uno del otro, el escenario es al parecer un desierto, aparentemente perpetuo, donde es bello diferenciar el horizonte, aquella línea que separa al cielo de la tierra; en su inmensidad y para dar un balance sigiloso en la parte derecha unas montañas: el infinito siempre propondrá ser algo en su vacío absoluto, la idea del no fin me asusta, aquel fondo no podría hacer nacer nada más fuerte que la sensación de que no se llegará a algún final, sin embargo, aquel degradé de azules hace que se encuentre una extraña calma, una dicotomía constante entre el temor y la pasividad. En el plano principal un hombre vigilado por la constante de un ojo, el cual representa las miradas incesantes, los prejuicios, las críticas, mirada que al parecer no necesita parpadear, logra que el hombre se sienta infeliz, perseguido, encerrado en un mundo sin fin, es de señalar como a pesar que se encuentra en un espacio perenne no logra tener escapatoria. No obstante en la contraportada del disco el individuo parece haberse cansado del constante juicio de la mirada y toma otra actitud, en el mismo lugar sin tener que huir, se pone en pie y toma una actitud mucho menos sumisa, y ante esto el ojo sólo se queda sorprendido más no desvía su mirada; el título Bury the hatchet es una expresión que quiere decir algo como hagamos la paz, y la canción correspondiente a el título de álbum es su sencillo Animal instint, hablando acerca de eso que todos tenemos dentro, el instinto animal.
Para BacaB
Por Oriente Santiago Valles Kurmen E.D.I.
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